lunes, 19 de noviembre de 2012

Estados Unidos ante el abismo


Por Leandro Morgenfeld
(www.marcha.org.ar)

Obama fue reelecto sin discusión, pero inmediatamente la bolsa de Wall Street tuvo una fuerte caída. Faltan pocas semanas para el "abismo o precipicio fiscal", la fecha tope impuesta para encontrar una solución al fuerte déficit de las cuentas públicas.
 
En un Congreso dividido, demócratas y republicanos deben alcanzar un acuerdo antes del 31 de diciembre. Si no lo logran, se aplicarán automáticamente aumentos masivos de impuestos y recorte de gastos. El peligro de una nueva recesión y la declinación hegemónica.
 
Por primera vez desde la segunda guerra mundial, la deuda pública de Estados Unidos superó a su PBI. Hoy asciende a 16 billones de dólares (16.000.000.000.000). En 1980 ésta era 16 veces menor y apenas alcanzaba el 30% de su PBI. Representa un tercio de las deudas públicas de todos los países del mundo. Cada estadounidense debe 50.000 dólares (200.000 por "familia tipo"). De 2007 a2010, el PBI estadounidense creció un 4,26% y la deuda nacional un 61%. Las grandes corporaciones pagan cada vez menos impuestos: hacia 1950, estos representaban el 30% de los ingresos del presupuesto nacional, mientras que en 2009 sólo el 6,6%. Los recortes impositivos de Bush, los gastos por los grandes rescates a bancos y empresas y el expansivo presupuesto militar hicieron colapsar las cuentas públicas. Hasta ahora, Estados Unidos trasladó sus desequilibrios hacia el resto del mundo, imprimiendo dólares y emitiendo bonos del Tesoro. Pero este creciente déficit fiscal no puede mantenerse indefinidamente.
 
En el verano boreal de 2011, Estados Unidos estuvo muy cerca de entrar en default, o sea en cesación de pagos. Luego de semanas de debate, en agosto el Congreso acordó permitir a la Casa Blanca elevar el nivel de la deuda pública hasta las elecciones presidenciales. Antes de fin de año, demócratas y republicanos deben alcanzar un acuerdo para morigerar el creciente déficit fiscal. Si no lo logran, automáticamente se producirá el "abismo fiscal", que incluye el fin de masivas rebajas impositivas "temporarias" establecidas por Bush hace una década. Minutos después de anunciada la reelección de Obama, se inició el debate sobre cómo evitarlo.
 
El ajuste automático implicaría un masivo aumento de impuestos, que afectaría al 90% de los contribuyentes, y a la vez recortes multimillonarios en los presupuestos federales de salud, educación y defensa. El monto es descomunal: 800.000 millones de dólares (una vez y media el PBI de la Argentina). Según el propio FMI, de aplicarse este mega-ajuste la economía de Estados Unidos volvería a caer en recesión en el primer trimestre de 2013, profundizando todavía más la crisis económica mundial iniciada en 2008. La Oficina del Presupuesto del Capitolio estima que el PBI podría contraerse un 0,5%, aunque otros pronósticos señalan que la caída podría alcanzar el 1,5%. Esto provocaría un aumento del desempleo (las cifras oficiales lo sitúan en 7,9%, afectando a 13 millones de personas) y de la pobreza (16%, la más alta en medio siglo).
 
Obama  inicia esta semana negociaciones con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner. La propuesta del reelecto presidente implica reducir el déficit fiscal en 4 billones de dólares a lo largo de la próxima década, incrementando impuestos del 35 al 39,6% sobre las personas con ingresos superiores a los 200.000 dólares anuales (o las familias que ganen más de 250.000). El líder republicano, bajo la tenaz presión de los fundamentalistas anti-estatales del Tea Party, pretende en cambio un recorte masivo de gastos en salud y educación y ningún aumento de impuestos. Si bien otros miembros de ese partido, que controla la Cámara de Representantes, reconocen que podrían aceptar algún aumento de impuestos, el consenso parece muy lejano.
 
Más allá de las frenéticas negociaciones en Washington entre los dos partidos, que empezarán un largo recorrido el viernes 16 de noviembre, el debate de fondo es quién pagará la crisis en Estados Unidos. El Tea Party, luego de acusar el golpe por la derrota de Romney, intentará volver a desplegar su poder de presión, en función de que no se aumenten impuestos. La clave será si los jóvenes indignados del movimiento Occupy Wall Street, los inmigrantes latinos en lucha, los sindicatos que resistieron en Wisconsin y los docentes y estudiantes que se movilizaron en Chicago lograrán contrarrestar esa ofensiva y evitar que el ajuste recaiga sobre las espaldas del 99% de la población.
 
Más allá de la resolución del déficit fiscal en las próximas semanas, esta situación es una muestra más de que la hegemonía estadounidense está cada vez más en duda. Estos desequilibrios económicos, hasta ahora, los pueden mantener ya que cuentan con la moneda utilizada como reserva mundial y para las transacciones comerciales y financieras. Pero el dólar ya no tiene la preponderancia que ostentó desde la posguerra. ¿Podrá Estados Unidos seguir (sobre)consumiendo a costa del resto del mundo? ¿Marcará la resolución de este desequilibrio fiscal un nuevo escalón en la declinación relativa de Estados Unidos?


* Docente UBA e ISEN. Investigador del CONICET. Autor de Vecinos en conflicto. Argentina y Estados Unidos en las conferencias panamericanas (Ed. Continente, 2011), de Relaciones peligrosas. Argentina y Estados Unidos (Capital Intelectual, diciembre 2012)
y del blog www.vecinosenconflicto.blogspot.com 

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